El espíritu de la época sospecharía de fanatismo contra un religioso conventual. Pero sinceramente, la conversación que tuve hoy con Fray Fabio (sacerdote franciscano) me quitó varios demonios de encima y me puso los pies en la tierra.
Creo que no alcanzamos a dimensionar lo valioso de estas personas (se sea religioso, creyente, ateo, etc.)
Qué bello es vivir